Las terapias de relajación ayudan a tender puentes entre nuestra mente y nuestro cuerpo, y a combatir las consecuencias del estrés.
A veces tenemos cerca instrumentos sencillos que nos ayudarían en el día a día, y las prisas o el desconocimiento nos impiden utilizarlos. Es el caso de la relajación, una práctica que significa la búsqueda consciente de ese momento de tranquilidad que nos merecemos y nos regalamos a nosotros mismos con el objetivo de encontrar la paz interior necesaria para sentirnos bien. Es este sentimiento de calma el que permite afrontar la vida con la intensidad que requiere cada momento, con seguridad y confianza en uno mismo, y con habilidad para manejar los efectos del estrés de forma competente. Dedicar un tiempo a tomar conciencia de nuestro propio yo, desconectando todos los aparatos a los que estamos ligados demasiadas horas y liberándonos de todo aquello que nos puede presionar, nos reporta grandes beneficios que traspasan el nivel emocional y que son acumulativos.
A nivel mental, la relajación provoca una paz y tranquilidad que nos acompaña a lo largo del día, y activa los dos hemisferios cerebrales, lo que nos permite pensar con mayor claridad y de forma más creativa. Todos los problemas relacionados con la ansiedad, tales como la hipertensión, dolores de cabeza, insomnio… pueden ser eliminados o aminorados.
A nivel físico, las ventajas, siendo importantes, no se limitan a regular la respiración y reducir la tensión muscular. El Dr. Herbert Benson, médico cardiólogo y profesor en la Universidad de Harvard, fue el primer científico occidental en diseñar un método de relajación basándose en técnicas de las filosofías orientales. Sus investigaciones en lo que él llamó “Respuesta de la Relajación”, para contrarrestar los efectos nocivos del estrés, han sido objeto de reconocimiento por todo el mundo, siendo cada vez más las voces científicas que apoyan con sus estudios los incontables beneficios de mantener una buena salud mente-cuerpo. Según Benson, la relajación favorece el predominio de las ondas eléctricas alfa, asociadas con la tranquilidad y la receptividad, y de las conclusiones de sus investigaciones se desprenden otros efectos beneficiosos de esa técnica: disminuye la frecuencia cardíaca y baja la presión arterial, reduce la liberación de hormonas relacionadas con el estrés, desciende el consumo de oxígeno, baja la tasa de colesterol en la sangre, aumentan el número y eficacia de las células inmunitarias y mejora la actividad intestinal.
En definitiva, la relajación es una técnica sencilla y útil que nos induce a un especial estado de conciencia que conlleva múltiples beneficios. No cuesta nada introducirnos en él, y en este mundo en el que el estrés nos persigue y a veces acorrala, controlar los efectos nocivos de este enemigo del bienestar resulta vital para salvaguardar nuestra salud mental y física.
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