Cierra los ojos, conecta con tu respiración y cuando así lo sientas, atrévete a acariciar tus manos, tu cara, suave y lentamente, con dulzura, con cariño.
¿Qué sientes?
Puedes dejar aquí tu comentario acerca de qué es lo que has sentido, qué es lo que has descubierto realizando este ejercicio.